lunes, 5 de agosto de 2013

Adiós al ‘Chucho’ Benítez

Habían pasado ya ocho largos años desde que el América levantara su último título en aquel verano del 2005, cuando de la mano de Cuauhtémoc Blanco, el “Piojo” López y Memo Ochoa consiguieran la décima estrella del club, cuando hace apenas dos meses con el capitán de chocolate, Aquivaldo Mosquera, recibiendo el trofeo nuevamente como el mejor del país, no lo alcanzó a levantar en una imagen típica de cada campeonato alrededor del planeta, pues en ese preciso instante le fue arrebatado por el principal artífice de las Águilas y quien con sus goles regreso a los aficionados al estadio dándoles innumerables alegrías, Christian “Chucho” Benítez.
Al término de la temporada había anunciado su retirada del club luego de lograr el prometido campeonato, pues sus intenciones siempre las había manifestado de emigrar a otras latitudes y volar aún más alto en un futbol de más nivel y prestigio, aunque fueron al final los petrodólares los que lo jalaron a irse a Qatar y no aquella evolución que anhelaba.
El “Chucho” llegó al América procedente de Santos de Torreón, donde consiguió un campeonato de goleo y una liga y con apenas unos cuantos torneos en el nido y aquellas eternas manifestaciones de quererse ir, provocaron que aunque fuera el consentido por ser el encargado de convertir los goles, no fuera considerado por la afición un ídolo como el “Cuau”, Cabañas o Santos, pues no manifestaba ese amor que se le debe tener a una camiseta como la amarilla, aunque si recalco, que su profesionalismo, rendimiento y entrega fueron siempre los mejores.
Ahora está considerado dentro de los mejores cinco extranjeros que han venido a México, junto con gente del mismo calibre como “Cabinho”, Cardozo, Aguinaga, Reynoso y si por mí fuera Cabañas también estaría considerado dentro de este selecto grupo, y con todo y que el “Chucho” solo estuvo cinco años en México, con uno intermedio que se fue a Inglaterra, es decir, cuatro años le bastaron para ingresar al limbo de nuestro futbol doméstico.
Para mi forma de ver su error más grande fue el haberse ido a Asia, pues efectivamente allá pagan muy bien y muchos futbolistas de gran prestigio lo han hecho antes como Rivaldo o Roberto Carlos, pero en el ocaso de su carrera y lo hacían para, ahí sí y con justicia, acarrearle más a su molino, como lo que hacen en le MLS de Estados Unidos grandes futbolistas como Henry, Márquez o Beckham, pero a sus 27 años Benítez tuvo que sacrificar un poco lo económico e irse a Europa a seguir creciendo y llegar al mundial de Brasil en un nivel espectacular.
Ya que si hubo negligencia médica, que si hubo mucho tiempo perdido para atenderlo ya son cosas que le corresponden a otras personas esclarecer que de todos modos no van a cambiar el desenlace de este trágico deceso, que se suma al de muchos otros que han caído víctimas de las exigencias de este deporte, aunque en este caso aunque el corazón fue el decidió detenerse, fue por otras circunstancias.
La parte más triste es la que tiene que cargar la familia, principalmente la viuda y los niños que dejó intempestivamente, pero así son las cosas de la vida y ya ellos encontrarán la forma de salir paulatinamente de esta dura prueba que les toca soportar, esperemos que muy pronto.
Con méritos propios, con una gran potencia física, desequilibrante regate y descaro para definir al primer escollo abierto “Chucho” Benítez dejó una huella imborrable dentro del futbol nacional, pero principalmente en las dos casas que tuvo, la de Torreón y el nido donde se terminó de consagrar y las diferentes manifestaciones a esta tragedia así lo demuestran, pues a propios y a extraños, con todo y que fue el estandarte del club antagónico por excelencia en nuestro país, se han rendido al tipo de los pantaloncillos caídos, pero que siempre terminaba agradeciendo con la mirada en el cielo.




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