Vaya
que el territorio mexicano se ha visto sacudido en horas pasadas por
diferentes motivos y no precisamente por el sismo de 5.4 grados que
sacudió la Ciudad de México, donde por cierto viven muchos
sonorenses, quienes faltos de experiencia en estas alertas probaron
lo que es amar a Dios en tierra de indios, pero bueno no me refería
a eso, hablemos de deporte.
En
primer lugar los miles de aficionados al América deben de estar
entre preocupados, en(cabron)ojados, decepcionados y sumamente
avergonzados por las sacudidas que ha sufrido el equipo del billete
en este país, que como ya sabemos no es garantía de éxito, primero
en tierras Ticas (y no son palomas) ante el Herediano en la ida de
las semifinales de la Concacaf al son de 3 por 0 y ayer ante
Veracruz, donde a ritmo de carnaval le pegaron un baile de esos
gachos que tardarán en olvidarse a los dirigidos de Gustavo Matosas
por un 4-0, quien ya ve el agua que le llega al cuello y ya se
considera la posibilidad del cambio de timonel en Coapa.
De
todos es sabido la capacidad del Uruguayo nacido en Buenos Aires
(sic) pues en León lo comprobó y por algo es considerado dentro de
los mejores 20 técnicos del mundo, sin embargo dirige un equipo que
armó Ricardo Peláez, Presidente del Club, que si bien ha tenido una
excelente gestión con tres finales jugadas y dos ganadas, está vez
quiso jugarle al Florentino Pérez con el Real Madrid y sacó la
chequera como gente grande en Diciembre, comprando jugadores de alto
calibre comprobado en México como Quintero, Pellerano, Zamudio y
Benedetto, quienes han dejado mucho que desear, excepto el último
que rindió satisfactoriamente mientras estuvo sano.
Y
ese es el punto trascendental en esta gestión de Matosas, pues no
tuvo tiempo de hacer pretemporada por su llegada apresurada y por el
periodo tan corto entre torneo y torneo en el invierno, cosa que le
ha derivado en un sin fin de lesiones que le han impedido tener
cuadro completo y no tener la continuidad requerida para una
adaptación que le arroje el estilo de juego tan necesitado en el
nido.
Al
mismo tiempo vemos un rendimiento individual muy por debajo del que
ya conocemos en todos los jugadores americanistas, pues Darwin,
Pellerano, Goltz, Arroyo, Peralta se notan bajos de confianza, fuerza
y fuelle, además de la inclusión de jugadores que no deberían
estar en la plantilla por su falta de calidad como Moisés Velasco y
“Chepe” Guerrero, solo por mencionar algunos, nos arroja un
equipo inseguro, sin pegada y altamente vulnerable.
Lo
más recomendable sería darle la confianza y la continuidad al
técnico para recuperar todo lo que han ido perdiendo paso a paso y
ver si alcanzan a recuperar los torneos donde participan actualmente.
Otra
sacudida se dio anoche en Tijuana, Baja California, en el Auditorio
Municipal en una función de Lucha Libre de la Empresa “Triple A”,
cuando Pedro Aguayo Martínez, mejor conocido como “El hijo del
Perro Aguayo”, perdió la vida, luego de caer desvanecido sobre las
cuerdas del ring.
El
líder de “Los perros del mal”, cayó inconsciente luego de
recibir unas patadas voladoras en el pecho por parte de Rey Misterio
y aquí es cuando comienza el drama y donde deberían de poner
atención tanto promotores, como los mismos luchadores y toda la
comunidad de este deporte y que se prendan las alarmas para poner
manos en el asunto de inmediato y evitar nuevas desgracias.
Pasaron
muchos segundos vitales para que sus compañeros y el mismo referi se
diera cuanta que el luchador estaba sin sentido, eso debería de ser
de inmediato, pero ¿qué pasa? Y aquí me voy a echar encima a más
de uno, pero es parte del show circense y teatral al que se dedican
estos compadres, o ¿me van a decir que no reconocen que son
coreografías bien practicadas? Si fuera de otro modo, la frase “El
show tiene que continuar” no hubiera aplicado aquí porque los
otros tres luchadores siguieron dándose hasta con la cubeta hasta
que logran rendir al contrincante y terminar con el round, hasta
entonces se acercaron al pobre del Perro Aguayo Jr, que solo
“recibía” atención de Conan, quien solo lo sacudía
bruscamente, cosa que dudo haya ayudado de algo.
En
varios video que ya circulan por la red se ve claramente el tiempo
que tardaron los paramédicos en subir al ring a atender al caído y
para acabarla de fregar lo sacan en una tabla o tarima y es hasta los
pasillos de salida del inmueble cuando la pasan a una camilla para
subirlo a la ambulancia y llevarlo al hospital donde desgraciadamente
perdió la más importante batalla por la madrugada.
Se
tiene que subrayar la falta de profesionalización de los personajes
encargados de la seguridad y salud de los deportistas dentro de esta
empresa que es la más importante en México, si así están ahí
¿cómo estarán en las arenas chica y locales? Pobres de los
luchadores!
Ahí
es dejo la reflexión, pues es ridículo que a estas alturas del
partido pasen esas cosas y en escenarios tan “reconocidos”, la
vida de un ser humano reconocido y seguido por multitudes se ha
perdido por cuestiones técnicas de rutina no se llevaron a cabo,
ojalá las autoridades concernientes pudieran hacer que esto no se
repita, aunque en nuestro querido país cualquier cosa puede pasar y
lo más seguro que ahí que de la bola, en un luto para la comunidad
del Pancracio, QEPD!