miércoles, 10 de julio de 2013

Algo más que un simple tributo a LFC


Después de dos años por fin la Sexta Avenida pudo reunirse de nueva cuenta para ofrecer un nuevo tributo a Los Fabulosos Cadillacs, esta vez en el difunto Black Irish, lugar que a todo mundo dejó encantado por sus instalaciones, con todo y que lucen los estragos del descuido y el abandono, pero para las altas temperaturas de estos meses en Hermosillo, el que tenga la mayoría de su espacio al aire libre es de agradecerse.
La vez anterior que dicho tributo se había presentado fue en el también extinto Gallo Negro, aquella vez todavía contando entre sus filas al buen Jovan, que luego de irse de pata de perro al sur del país anda de vuelta por el desierto tocando jazz y algunas otras linduras, por lo que ahora el Furby fue el designado para rajarle a los tambores, cosa que por cierto lo hizo de buena forma, haciendo olvidar o no dejando extrañar al bataco original de esta singular banda ratera. Ratera porque solo tocan a ratos por lo proyectos que los 8 integrantes traen entre manos, ya sean musicales, profesionales o personales, lo que hace casi misión imposible poder reunirlos para un evento, tan es así que se habla de la próxima presentación para el verano del 2014, así las cosas.

El ambiente fue inigualable, la banda que atiborró el lugar disfrutó tanto como los músicos de todo el repertorio clásico de los argentinos, y al ritmo del ska, el reggae, la salsa, el son, la zamba y demás cadencias afro-caribeñas, transcurrió una velada donde no hubo desperdicio de nada, pues hasta el hecho de que cada quien pudiera llegar con su propia bebida colaboró enormemente para que todo mundo saliera satisfecho del Irlandés Negro.
Así pues, el Pepe en la voz, Limón en la lira, Carlos en el bajo, Rafuck en el piano, Emy (el gringo loco) en el trombón, Chch en la trompeta, el Furby en la bataca y el Patas en las percusiones hicieron buena su presentación con un par de sets donde fueron pocas las rolas de LFC que quedaron pendientes.

A decir de la banda este evento traía varias tortas bajo el brazo, pues a manera de festejo fue como se planeó, primero por la recién graduación de Biología del Emy, luego por el próximo nacimiento del hijo de Pepe, (al cual ya tiene propuestas muy serias para que se llame Vicentico o Flavio), luego por el cumpleaños número 18 del Chch, (con lo cual fue del merecimiento de abandonar para siempre el bando de los vírgenes, bueno en serio, cumplió 24 y sigue de soltero), y finalmente porque dos integrantes más andarán de gira artística indefinidamente, el Furby rumbo al Defectuoso y Limón rumbo a Francia, donde al parecer y según Homero Simpson ya empezaron a fabricar vino los loquillos hijos de los mosqueteros, de los Parques Elíseos y de la torre de petróleos más famosa del mundo.


El sonido estuvo a la altura y se escuchaba a tres o cuatro cuadras a la redonda, por lo que adentro del bar la explosión de sentidos era mayúscula, en medio de la camaradería de los presentes, la buena vibra y la sensación de haber invertido la sagrada noche del sábado en ese lugar de la mejor forma, porque después de todo ¿A quién no les gusta los Fabulosos?, ahora habrá que esperar una añito más para escucharlos de nuevo o conformarse de plano con otras imitaciones de bajo calibre, en calidad de mientras.


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