jueves, 4 de noviembre de 2010

La bella cenicienta del pacífico


A sólo una hora por carretera de la frontera entre Estados Unidos y México, florece una ciudad con más de cinco siglos de existencia, que ha conjuntado una diversidad de atracciones de diversos tipos que le convierten en un sitio único, no sólo de nuestro país, sino del mundo entero. Tierra y mar se unen para formar una tierra de descanso, turismo y mucha productividad.
            Ensenada, que en un principio tenía agregado el apelativo: “de Todos Santos”, permea en sus calles y con su gente un ambiente respetado por los mexicanos y buscado afanosamente por los extranjeros, –Luego del D.F. es la segunda ciudad de todo el país con más población fija de extranjeros– que buscan este exclusivo paraíso terrenal.
            Francisco Mejía, ensenadense de nacimiento pero ciudadano norteamericano desde hace 15 años, mencionó que el motivo es que “Se puede disfrutar de las ventajas del primer mundo, pero con el toque y calor mexicano”, esto en referencia a los bares,  restaurantes y antros en general donde la diversión se disfruta como en las principales ciudades de los llamados países desarrollados.
            El ambiente un tanto gélido de sus otoños y frío en invierno, aunado a una ambientación del tipo europea en algunas de sus principales avenidas, donde se concentra la mayor parte del turismo de la ciudad, hace imaginar el andar en aquellas milenarias ciudades o en otras fundadas por los colonizadores en América, que fueron impregnadas e inspiradas en las famosas concentraciones urbanas del viejo continente.

Atracciones turísticas
            El también más grande municipio de todo el mundo –más de 50 mil kilómetros cuadrados– recibe visitantes de todo el mundo que disfrutan de sus distintas actividades turísticas y atracciones naturales con las que cuenta. Resulta obligado en primer lugar conocer uno de los pocos géiseres marinos del mundo, llamado “La Bufadora”.
            La Bufadora consiste en una cueva entre rocas a nivel del mar, en la cual, entra la corriente de agua al subir la marea, cuando esta cueva se llena de agua, ésta misma es expulsada por el aire del interior de la cueva, expulsando así el agua de mar como un gran géiser a alturas de hasta aproximadamente 20 metros. La fuerza es tal, que produce un sonido peculiar, como si fuera el de un animal furioso. Los miles de turistas pueden apreciar este extraordinario fenómeno desde un muy bien acondicionado mirador, donde se ofrecen distintos artículos artesanales, propios de la región, así como el del arte culinario desarrollado a base de mariscos.
            Desde hace años recibe también recibe la visita del “Crucero Paradise” que alberga a turistas de todo el mundo y realiza las fantasías de cualquiera en sus cientos de camarotes, suites, bares, restaurantes y albercas de todo tipo, en un recorrido que va desde California en los Estados Unidos y que llega hasta Panamá. El sólo hecho de ver en el muelle semejante embarcación, resulta de las delicias de los visitantes, que admiran los alcances de la ingeniería de nuestra era.
            Otras atracciones son los recorridos turísticos, ya sea por mar, dentro de la "Bahía de Todos Los Santos" en las distintas embarcaciones en que se pueden realizar, o por tierra, en los llamados “turibuses” que llevan en un paseo de casi una hora a los visitantes a conocer toda la arquitectura de la ciudad, con todos sus parque y monumentos, desde un punto privilegiado en lo alto de un cerro que se constituye como el mirador oficial de la ciudad.

Actividad productiva
            Ensenada es también conocida como "La Bella Cenicienta del Pacifico”, y puede ser que ese mote sea producto de la intensa actividad económica que ahí se desarrolla. Repasamos un poco la actividad turística, que empieza, si se llega por carretera, por la impresionante carretera llamada “La Rumorosa”. Temida y respetada, esta rúa lleva al visitante en un macabro ritmo de vals, producto de sus numerosas y pronunciadas curvas.
            Si se llega por mar lo primero que resalta es la impresionante bandera de México ubicada en Plaza de la bandera, la altura de su asta y la envergadura de la bandera son claramente distinguibles casi desde cualquier punto de la ciudad. Así es como la contemplan los navegantes que arriban desde todas las latitudes a este puerto comercial.
            Tal es el caso del trasatlántico Hanjin que intercambia mercancía de oriente a occidente y viceversa. La majestuosidad del navío y las maniobras propias que tiene que realizar son dignas de observar, pues de otra forma solamente en documentales de televisión se podría tener acceso. La cantidad de toneladas de mercancía son impensables para trasportarlas por otro medio. Imperdible.
El clima característico de dicha región permite el confort de todos los visitantes, propio de un mediterráneo cálido y seco, como el resto del noroeste de Baja California. Esto permite la producción vinícola en sus valles, convirtiéndose en una de las zonas más importantes del país en este sentido.
Las panorámicas de la vid, con todas sus diversidades, alineada en grandes extensiones territoriales, dentro de un marco montañoso en dichos valles son sólo las imágenes de bienvenida a una de las industrias más prósperas del país y que es reconocida a nivel mundial, por lo existe un pretexto más para visitar esta más que agradable región.           

1 comentario:

  1. Oh!!!
    Este articulo esta muy bueno
    Se antoja visitar Ensenada hehe

    Muy descriptivo

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