martes, 29 de junio de 2010

La polarización de la rutina



La realidad de lo cotidiano y de los distintos significados que se le pueden asignar a cuestiones tan básicas, comunes y corrientes, pueden variar dependiendo el estado de ánimo y del marco referencial de cada persona. No se puede asumir una universalidad conceptual partiendo de una premisa personal codificada a nuestro propio conocimiento.


De aquí se puede derivar una clasificación siempre engorrosa partiendo de definiciones aún peores, catálogos de especies y subespecies que de acuerdo quien sabe quién y a quien sabe que conceptos existes para discriminar individuos que resultan agresivos a mi percepción de cierto modelo que hay que respetar y seguir hasta el hastío de acuerdo a las costumbre y formas conductuales impuesta por generaciones.

Al final la visión de los vencidos pasa a segundo término, y queda relegada por las cloacas mentales de gente sin escrúpulos y poder indefinido e infinito, que se valen de esfuerzos ajenos realizando los menos propios en términos fascistas que lo único que consiguen es encaminar el mundo que ellos visualizan a una cloaca fétida pero visual y políticamente correcta.


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